miércoles, 11 de mayo de 2016

ETAPAS DEL CAMBIO SEGÚN PROCHASKA Y DICLEMENTE


A  partir de la pregunta: “¿Qué es lo que hace cambiar a las personas cuando pretenden modificar alguna situación indeseable o problemática?,James Prochaska y Carlo Diclemente crearon un modelo para intentar comprender qué, cómo, cuándo y por qué cambian las personas. A través de investigaciones enfocadas en estudiar el fenómeno del cambio intencional, desarrollaron su modelo transteórico, compuesto por estadios, procesos y niveles.
En ese post pretendemos acercar estas etapas de una forma siemple para poder entenderlas y mejorar nuestra comprensión en el proceso de las adicciones.




Para alcanzar el éxito en el cambio, resulta fundamental saber en qué etapa se encuentra la persona con relación a su problema, con el fin de diseñar procedimientos específicos que se adecuen a cada sujeto. En otras palabras, lo que se busca es la relación terapéutica y el tipo de intervención adecuados para cada persona dependiendo del estadio en que se encuentre.




FASE DE PRECONTEMPLACIÓN 

-           La persona no es consciente de que tiene un problema.
-           No está motivada para buscar ayuda.
-           No está dispuesta a emprender modificaciones de su conducta.
-           La adicción sigue evolucionando y y se acumulan las consecuencias negativas.

FASE DE CONTEMPLACIÓN 

-           Las evidencias del daño se hacen visibles para la persona.
-           Admite interés por modificar la conducta en algún momento.
-           Fuerte ambivalencia, se destacan las desventajas del cambio.
-           Piensa en el cambio pero todavía no se traduce en acciones concretas.
-           Pensamientos del tipo: “debo cambiar”, “a lo mejor bebo más de la cuenta”.

PREPARACIÓN PARA LA  ACCIÓN

-           Consciencia de la necesidad del cambio.
-           Motivación para buscar ayuda.
-           Acude a consulta, pide consejo y planifica.
-           Convicción de los beneficios sobre las desventajas.
-           Todavía no está dispuesta a invertir mucha energía en los cambios.

FASE DE ACCIÓN

-           Fase de ejecución.
-           La persona está preparada para hacer los cambios necesarios.
-           No quiere seguir viviendo en su situación actual.
-           Alto riesgo de recaídas.

FASE DE MANTENIMIENTO

-           Se considera iniciada a partir de los 6 meses de iniciar el cambio (como mínimo).
-           El hábito debe transformarse en nuevos hábitos de vida saludables.
-           Es importante trabajar la prevención de recaídas.

FASE DE RECAÍDA

-           No es un fallo, es PARTE DEL PROCESO TERAPÉUTICO.
-           Parte del ciclo de aprendizaje hacia la mejora de la recuperación.
-           A pesar de los cambios, tendencia a las recaídas por gran cantidad de elementos aprendidos.
-           La adicción, al igual que otras enfermedades, tiene un curso crónico.




“Nuestra mayor debilidad reside en abandonar. El camino más seguro para tener éxito es intentarlo siempre una vez más” Thomas Edison


PREPARAC

viernes, 6 de mayo de 2016

CARACTERÍSTICAS DE LA ADOLESCENCIA, MOTIVOS, INICIO Y FORMAS DE CONSUMO DE ALCOHOL


La adolescencia es una etapa especial de la vida, en la que no necesariamente tienen que aparecer problemas, pero en cualquier caso, no está carente de dificultades y de grandes cambios. Es una de las etapas mas convulsa del desarrollo humano, que se caracteriza por cambios continuos tanto a nivel físico como psíquico y que llevan a los adolescentes a querer sentirse como los adultos en los que se están convirtiendo, pero sin tener verdadera conciencia de los riesgos que corren, como los niño que eran hasta entonces. Esta confusa situación lleva a los adolescentes a adoptar conductas de riesgo, para experimentar nuevas sensaciones como las que han visto en los adultos y buscar conseguir alcanzar una identidad clara. Por lo tanto, es esta en la que debemos realizar nuestra mayor actuación.

Aunque el inicio y mantenimiento del consumo de alcohol depende de varios  factores, el más importante, sin duda, es la influencia del entorno, destacando el  papel de la familia y del grupo de iguales.  

Especialmente en este rango de edad, es bastante común que se utilice el  consumo de alcohol como medio socializador que facilita la aceptación e integración en un grupo de iguales, ya que para ellos es fundamental ser reconocidos/as como miembros valorados dentro de su grupo.  

El grupo de iguales aporta una gran seguridad y apoyo al adolescente en esta transición hacia la vida adulta, ya que es el núcleo donde se  crearán y compartirán nuevos intereses y valores. Sin embargo, en algunas ocasiones, puede ejercer una influencia negativa en el caso de que los miembros del grupo actúen como modelos rígidos a seguir, coartando la libre toma de decisiones.  

Entre otros de los principales motivos para iniciar el consumo a estas edades, se encuentran la evasión ante las dificultades, la desinhibición, facilitar la comunicación con los demás o el placer de beber, entre otras.  
A estas edades es muy frecuente el consumo en forma de “atracón” o “Binge drinking”, episodio de consumo intensivo en el que una persona ingiere cinco o más bebidas alcohólicas en un corto periodo de tiempo. Este hecho aumenta la posibilidad de que el/la adolescente sufra una intoxicación etílica, como resultado de la ingestión de una gran cantidad de alcohol. Además, como se ha comentado 
anteriormente, esta forma de consumo se asocia a un mayor uso de drogas ilegales. 

​Según ESTUDES, el 43% de los estudiantes de 16 años y la mitad de los de 17, han realizado este tipo de consumo en el último mes.  
Actualmente los/las jóvenes buscan sobre todo, los efectos del alcohol a corto plazo,  de ahí que aparezcan los atracones de alcohol antes comentados y las nuevas formas de consumo: tampodka, eyeballing o alcohol en polvo, entre otras. 
En estas circunstancias es especialmente importante llevar a cabo una acción preventiva exhaustiva, adecuada e integral, haciendo especial hincapié en este rango de edad, ya que es el momento en el que se suele producir el primer contacto con el consumo de sustancias. Estas actuaciones deben ir enfocadas no sólo a transmitir los peligros del consumo de drogas legales e ilegales, sino  ayudar a los/las adolescentes, como población de especial riesgo, al desarrollo de habilidades sociales adecuadas que les permitan sentirse integrados y desarrollar una autoestima suficiente que haga innecesario el “refugiarse” en el consumo de alcohol o drogas para sentirse integrado/a socialmente en su grupo.

El conflicto entre la necesidad de pertenecer a un grupo y la necesidad de ser visto como único e individual es la lucha dominante de la adolescencia. (Jeanne Elium)